La marcha nórdica (nordic walking) se origina en los países nórdicos como alternativa al esquí de fondo cuando no había nieve. Su popularización por el norte y centro de Europa ha sido vertiginosa (4 millones de practicantes en Alemania) a partir de que a finales de los años 90 se empezara a comercializar su material principal: los bastones. A diferencia de los bastones de senderismo, los de marcha nórdica tienen una dragonera que permite coger y soltar el mango.
Existen diferentes modalidades para su práctica: en el agua, en la playa, con patines… pero la más común es la marcha por senderos naturales.
Entre los beneficios están una mayor implicación de la musculatura (90%) -hace el ejercicio de la marcha más completo-, disminuye las sobrecargas en articulaciones de piernas y columna -previene lesiones y es recomendable para quien las tiene-, desarrolla la coordinación y mejora la postura corporal -espalda recta-.
En clase, una vez comentado su origen y popularización, diferencia con el senderismo y los beneficios de la marcha nórdica, repartiremos unos bastones para cada persona (incidiendo como los ¡¡almacenamos!!). Explicaremos el ajuste de la altura de los bastones -altura del ombligo- y la colocación de las dragoneras -diferenciar izquierda «L: left» y derecha «R: right»-.
A continuación comenzaremos la marcha arrastrando los bastones -sin cogerlos por el mango- y prestando atención en llevar una marcha normal coordinando paso de pie hacia delante con brazo contrario sin flexionar excesivamente los codos y mantener el bastón retrasado. Debemos llevar la cabeza bien alta, mirando el horizonte como criterio para mantener una buena postura y no obsesionarnos con la técnica. Comenzaremos a clavar el bastón para impulsarnos, coincidiendo el impulso del bastón con la pierna contraria; como criterios para esta fase está mantener los codos semiextendidos y notar un impulso hacia delante gracias al bastón. Combinaremos arrastrar con clavar y de manera casi natural aprendemos a coger y soltar el mango (parecido a ordeñar). Una vez coordinemos todo de manera natural y progresiva, empezaremos a atender otros detalles como acompañar el movimiento de los hombros con los brazos. Es decir, la progresión sería: altura de los bastones, colocación de las dragoneras, arrastrar los bastones para coordinar pie brazo contrario, mantener la mirada al horizonte, empezar a clavar el bastón e impulsarnos, coger y soltar el mango, y por último coordinar el movimiento de los hombros que acompañan a los de los brazos.
Podemos analizar la marcha nórdica desde las «Fases de la técnica de márcha nórdica» para observarnos entre parejas y coevaluarnos con los siguientes criterios:
- La altura del bastón es adecuada.
- La pierna se mueve al unísono del brazo opuesto.
- Los brazos están semiextendidos.
- Los bastones están inclinados diagonalmente hacia atrás.
- Se impulsa con los bastones.
- Las manos y bastones pasan cercanos al cuerpo.
- Abre la mano al terminar el impulso con el bastón.
- Lleva rápidamente el bastón hacia delante.
- Los hombros están relajados y acompañan el movimiento de los brazos.
- Avanza en línea recta.
- El pie rueda totalmente del talón a los dedos.
- Mira hacia delante.
Para más información ver el siguiente powerpoint:
Como actividad de evaluación proponemos el siguiente cuestionario: «Cuestionario de técnicas de progresión con bastones«.